El
recuerdo es lo que más destruye.
Fallé
en dar buen ejemplo
De los
días de agonía
Y mi
cegada intención sólo huye.
Quizá
mi cruz se libere con el silencio,
Si es
verdad que mi destino
Se
encuentra en tu creación,
En tu
razón de vivir que aprecio.
Gracias,
Y como
dijiste a través de mí:
Vivamos
el presente
Y no
pensemos en lo obscuro de nuestro porvenir,
Seremos
ilusos soñadores, eternamente.
Una
noche más, una menos,
Una
pena más, una menos.
Elegiste
esta noche,
Las he
sufrido tantas veces
Que no
me sorprende
La
carencia de reproche.
Supimos
que la inocencia,
Aunque
sea inconscientemente,
No da
lugar al deseo:
¿Cuándo
la hemos perdido?
¿Nosotros?
¡Indigentes!
Si sólo
confiamos nuestra mano
A un
páramo de silencio y soledad.
Miseria
de tacto.
Riqueza de sobriedad
Gracias,
Ya
sabes que parte de mí
Es
legada,
Aunque
creo que gran parte,
Por mi
espíritu abogada
El
poder nos calló,
La
resistencia nos mudó.
La
tormenta la creamos,
Pero
solo para nosotros.
Y en
recuerdo,
Escribimos
con fervor.
Te
soltamos con el viento,
Cómplice
casual;
Tu
universo consumado:
Te
vimos reír, te vimos en paz.
En ese
instante infinito
La idea
se hizo ideal.
Fracaso
de materia.
Agonía
llevadera.
Solo
nosotros sabemos,
Pero
solamente yo siento por ti.
Pero no
hablemos de casualidades,
La
tierra bastante seca está.
Y tú
eres la luz que asoma en mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario